TRANSFIGURADO

La fe tiene que ser verdadera y salvífica, es tal, cuando se hace amor. Así era la fe de Jesús de Nazaret cuando subió al monte dispuesto a poner una vez más su vida en las manos de su Padre. Su intención no era mostrar su divinidad a sus discípulos como muchas veces se suele interpretar el relato de la Transfiguración. No. Subió al monte como tantas veces para estar en oración con el Padre, para abandonarse en su amor porque le pesaba su condición de Siervo. Le era difícil asumir que su mensaje de salvación no fuera acogido sino rechazado y que subía a Jerusalén, no como el Mesías esperado sino como el Cordero que es llevado al matadero.

Desde lo alto del monte Jesús miro al mundo y lloró de amor. El mundo que veía era el rostro de su Padre, era su corazón, sus manos entrañablemente creadoras, llenas de vida, de paz y de bien. Allí estaban sus hermanos de todos los tiempos: los fuertes y poderosos y los humildes y oprimidos. Los que viven encerrados en su egoísmo y los que viven haciendo el bien. Los verdugos y los mártires, los explotadores y los explotados. Los que sumergen a las naciones en guerras espantosas y los constructores de la paz. Trigo y cizaña en el campo de Dios. Jesús no habla, hay un profundo silencio orante y se funde con su Padre en un beso y un abrazo de entrega y comunión. En ese monte, y antes del calvario, ya se hizo la consumación de su amor por la humanidad.

Pedro, Santiago y Juan miraron al Maestro y vieron que estaba transfigurado, es decir: miraron para sus ojos y los vieron brillar llenos de amor y ese amor se convirtió en luz, una luz blanca, radiante, que absorbía todas las penas y fatigas de la vida. Y quisieron quedarse allí, quisieron poner a Dios en un espacio cerrado, en una ridícula tienda. No comprendieron el mensaje de lo que estaba sucediendo y cayeron en la tentación de apropiarse para su bienestar personal el sagrado misterio del amor de Dios manifestado en Jesús. <<¡Maestro, qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas>>.

Lo que les ocurrió a los discípulos es la tentación que nos acecha constantemente a los que intentamos vivir el seguimiento de Jesús. Es la tentación de la fuga. Huir para aislarse en un pequeño paraíso individual, en una choza, en cualquier sitio al aire libre en el campo o en la celda de un monasterio. Sin lujos, sin ambiciones, sin problemas, sobre todo sin problemas. Casi no parece una tentación, pero lo es y muy peligrosa. Ese gozar nosotros a solas o con un grupo pequeño de selectísimos y escogidísimos amigos en lo alto de un monte de la gloria de Dios sin tener que pelear con vida, levantando hermosos templos a Dios, elaborando complicadísismos discursos místicos sobre la iluminación interior. Garantizando la presencia de Dios mediante símbolos religiosos. Inventando y aconsejando refinadísimos ejercicios ascéticos y alimenticios para que nuestro cuerpo carnal se purifique y esté en condiciones de recibir la iluminación, la luz tabórica.. Todo una pura mentira que los hombres religiosos se inventan para llenar su ego y no tener que enfrentarse a la cruda realidad de la vida y, en definitiva, para hacer de Dios vivo un ídolo muerto.

Hoy se impone otra ascesis. Jesús de Nazaret no fue un asceta ni les pido a sus discípulos que lo fuesen. Por eso la ascesis que hoy se nos pide es estar cerca de todos los que sufren las injusticia de la vida, defender a los que no tienen fe en el mundo. Más que un asceta, se necesita la voz de un profeta que se encara con el poder abusivo y levanta la vos en nombre de la conciencia gritando: <<¡No te está permitido!>> (Mc 6,8), <<¡No oprimas a tu hermano!>> (Lv 25,7). Esto sí que nos transfigura por dentro, nos hace ser hermanos universales, amor que se derrama por el mundo.

Los misterios de la vida de Cristo no son misterios para celebrar en gozosa y estéril contemplación, sino misterios a encarnar en nuestras propias vidas para que sean oración litúrgica y acción de gracias al Padre en medio de la vida de los hombres. ¿Cómo podemos celebrar el misterio Pascual si huimos de las exigencias que esta nos demanda cada día? Y el cristiano sólo tiene una exigencia: construir el Reino de Dios en este mundo, no hay otro camino: <<Si a mí me persiguieron, también os perseguirán a vosotros>>, nos lo dino bien claro Jesús de Nazaret.

El profeta y el justo que, como Jesús muere por la justicia y la verdad, denuncian el mal de este mundo y desenmascaran la hipocresía de los que con la apariencia de hacer el bien son esclavizadores de la libertad y del bien, son los que construyen falsos tabores en los que no se escucha la voz de Dios.

Tenemos que escuchar la voz del Padre que nos invita a escuchar al Hijo amado, a hacer vida de nuestra vida su vida. Tenemos que escuchar la voz del Hijo invitándonos a bajar del monte, adentrándonos en el río de la vida en donde las muchedumbres aguardan una palabra de vida cansadas de tanta palabra vacía.

El misterio de la Transfiguración es un a reflexión teológica de la comunidad pascual que vio en un acontecimiento singular de la vida de Jesús de Nazaret la respuesta de Dios para todos los que se preguntaban quién era ese hombre tan singular: <<Este es mi Hijo amado; escuchadlo>>.

11 comentarios en “TRANSFIGURADO

  1. Mauricio dijo:

    Qué verdad ¡ : «Todo una pura mentira que los hombres religiosos se inventan para llenar su ego y no tener que enfrentarse a la cruda realidad de la vida y, en definitiva, para hacer de Dios vivo un ídolo muerto.» GRACIAS

  2. Bea dijo:

    Bueno como siempre sorprendéis con otra interpretación nueva fresca y henchida de belleza y realismo evangélico: Partiendo de una hondura espiritual , en lo alto, desciende a lo más mundano y necesario de la Humanidad y para la Humanidad. Gracias…..

  3. anonimo dijo:

    Gracias, Señor enséñame a escuchar tu voz, y dejarme transformar por ella, para saber ser una palabra tuya en medio del mundo, gracias.

  4. Xaime Lamas dijo:

    No, Ignacio, no hay ninguna crítica al monacato yo soy un monje cristiano. Hay muchas maneras de huir de la realidad. Si alguien ingresa en un monasterio huyendo de algo o de alguien fracasa.

  5. Miria dijo:

    Gracias por tu comentario, hermano, que nos invita a caminar desde el Evangelio de raíz. Necesitamos profecía que no nos acomode, sino que nos urja a tener un corazón de carne.

  6. ROSA Y RAFAEL dijo:

    En la Transfiguración, no nos interesa las manifestaciones de oropeles , la» fe nos viene por el oido» …
    -«Este es mi Hijo amado , escuchadlo . La conversión nos hará bien si nos escuchamos menos a nosotros y ponemos mano a la obra del Evangelio por el cual nos liberamos y así poder liberar a los demás.

  7. Carmen dijo:

    Está bién reconocerlo, para vivir no sé necesitan lujos, pero sin la ausencia de problemas,o enterandose cuando ya pasaron se vive mejor.

  8. vicenta rúa lage dijo:

    El espiritualismo desencarnado es un tremendo peligro, puede engañarnos. Se disfraza de ángel de luz y es ángel de muerte. El remedio, permanecer en Jesús de Nazaret: Camino, Verdad y Vida.
    Muchas gracias por esta palabra, que resuena aqui, y muy dentro de nosotros, proféticamente, fuertemente, como una señal roja o un grito de aviso.

  9. Liliana dijo:

    Gracias por esta reflexión tan novedosa para mí pero tan llena de sentido. Dichosos los que sabéis interpretar de esa forma tan amorosa la palabra de Dios .

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