ARTE – TRANSPARENCIA DE LO SIMBÓLICO

Dos de los monjes de Sobrado, Xaime Lamas y Enrique Mirones, dedican algo de su tiempo a la pintura. Uno a la pintura de iconos – arte con larga historia en el monacato – y otro a un género de expresión artística que calificamos, a falta de mejor definición, como arte contemporáneo. Si la heterogeneidad de la expresión artística en las obras de estos dos monjes está bien patente, podemos afirmar que ambas revelan la relación entre el arte y la búsqueda interior, arte y silencio, arte y auscultación del mundo, arte e indagación de lo Absoluto. Su trabajo artístico nace de su vocación monástica y a ella los reconduce.

Tenemos que traer a nuestra memoria una tradición teológica largo tiempo olvidada y que hoy adquiere mucha importancia: el enfoque de Dionisio Areopagita. Ya por el año 500 él escribió: “Ciertamente no es posible de ninguna manera designar o abarcar con nuestros pensamientos lo que es lo Uno, lo Incomensurable, lo que supera a todo concepto, lo Bueno (bonum) mismo.”

Se demostraba escéptico referente a las imágenes siendo a la vez consciente de que no podemos prescindir de la iconografía, de un lenguaje simbólico. Así que mucho depende de hallar símbolos que, sin ser determinantes, dejen transparentar otro nivel. Sólo esta transparencia los hace aptos para permitirnos ir más allá de los límites del pensar conocido hasta ahora y alcanzar la necesaria apertura. (…)

¿No estamos buscando siempre ideas e imágenes que nos permitan averiguar nuevas dimensiones de la existencia? Rainer Maria Rilke cuenta de esta experiencia en su personaje literario Malte: “Aprendo a ver / mirar. No sé de qué viene, pero todo me afecta más hondamente y no se detiene allí donde antes terminaba. Tengo un espacio interior que hasta ahora ignoraba que existía. Ahora todo se dirige hacia allí. No sé qué es lo que pasa allí.”                                                                                                                                                                                                                                                     (Otto Betz)