EMMANUEL

La Anunciación | Henry Ossawa Tanner |1898

El mensaje de Dios en este domingo se resume en una palabra hebrea: EMMANUEL, que como bien sabéis significa: “Dios con nosotros”.

Conocido con este nombre por los profetas, Dios es prometido a la Virgen María, gracias a la cual, por su obediencia y humildad, se hace no ya “ Dios con nosotros” sino más profundamente DIOS UNO DE LOS NUESTROS. El que era desde la eternidad la PALABRA el VERBO de Dios Padre. El “mito del niño-Dios”, dice M. Lozano expresa una intuición profundamente sabia: La unidad inseparable de lo humano y lo divino en un mismo ser, y  nos está indicando, en realidad, nuestra doble naturaleza, humano-divina. Esto se constata en todas religiones de un modo u otro. Ya sea en hombres que acceden a la divinidad o incluso como en el budismo tibetano, el niño-Dios mismo. El Emmanuel pues nos está indicando el comportamiento que hemos de seguir nosotros, también como Él participando de la doble naturaleza. Esa será La Buena Nueva fundamental que nos trae el anuncio del Emmanuel-Jesús que nos llena de profunda alegría.

Está con nosotros para que oigamos de su boca humana, boca de HIJO-PALABRA, lo que hay en el corazón de Dios, dicho de un modo poético.

Lo importante por otro lado no es conocer su nombre, ya sea Emmanuel o Jesús que viene en el fondo a ser lo mismo, sino conocer lo que eso significa para nosotros. El nombre para los israelitas, era definitivo: indicaba su identidad y además lo que se esperaba de él.

Sabemos por la 1ª lectura (Is 7,10-14) lo que significó para el Rey Acaz. Éste, rey de Judá, está inquieto ante la progresión del ejército enemigo, el rey Razín de Siria y el rey Remelías de Israel – confabulados para tomar la ciudad santa de Jerusalén. Además Acaz tampoco tiene fe en su propio pueblo por la protesta continua de sus ciudadanos. Dios por medio del profeta le sugiere acuda a él pero el rey prefiere la alianza con el rey de Asiria y su poderoso ejército.

Ahí comienza en este momento la escalada de violencia, que llevará a través de las lágrimas y los sufrimientos al fin del reino de David.

El anuncio desconcertante es que Dios está con él pero no con sus ejércitos; y ese Dios con nosotros será un pobre niño que nace en un pesebre de una virgen  y un varón virtuoso llamado José.

Lo que está por detrás de esta historia es la importancia que tiene la voluntad de Dios, por encima de la nuestra. Si os fijáis, en nuestra oración rara vez está la decisión de que su Palabra se haga en nosotros. Al contrario pedimos al Señor lo que nosotros pensamos que es necesario y bueno.: en la enfermedad, en el negocio, en este hijo mío, en mi pecado. Lo importante es sin embargo que, en todo lo que digo, hago y pienso, se haga la voluntad del Señor.

La Virgen María, que está en el centro en este tiempo del Adviento, cuando el que engendró en su corazón tan fuertemente que se engendra en sus entrañas, comprende lo que es la voluntad de Dios y su confianza en él: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra”. La fuerza, pues, está en Dios, en su palabra, en su gracia. A nosotros solo nos corresponde colaborar con ella, no en utilizar nuestros medios a nuestra medida y nuestro entender. Esto que funciona así en los negocios mundanos no lo es en los espirituales.

Nos tenemos que preguntar, pues, cómo vivió Jesús su ser Dios entre nosotros, pues nosotros sus seguidores, estamos llamados a reproducir su imagen, su figura y su mensaje  en nuestro interior

En el Evangelio de Mateo, se presenta a Jesús ocupado o preocupado por tres cosas fundamentales: la salud de los pobres, su alimento y las relaciones humanas. Estas tres cosas fueron el punto de contacto de su oración con el Padre, y del programa de su propia vida.

Jesús es Dios con nosotros, con todos nosotros, no solo conmigo. El Padre, nuestro, no solo mío. Así pues, son las preocupaciones de los hombres lo que constituye su misión y lo que debe constituir la nuestra. Esa ha de ser nuestra acción, nuestra preocupación, nuestra vocación como Hijos de Dios y hermanos unos de otros. Toda religiosidad que no tenga como base la actuación en favor de la humanidad, en la misericordia y la justicia tiene que ser necesariamente falsa. Jesús saca la religión del templo y la lleva a las relaciones humanas. Este es en definitiva uno de los puntos fundamentales de la espiritualidad del Papa Francisco.

Tenemos que preguntarnos, sabiendo que Dios está con nosotros y cómo, ¿de qué modo estamos nosotros con él o como le dejamos que esté con nosotros? Que viene a ser lo mismo. Fíjense que la pregunta está en plural, pero naturalmente tengo que interiorizarla y ayudar a los demás a hacer lo mismo. Dios está con nosotros y ese nosotros son todas las criaturas, que son precisamente la manera de Dios de hacerse visible. Esto nos tiene que llevar a una manera diferente de relacionarnos con las personas y las demás criaturas. Relacionarnos desde el amor, la comprensión, el respeto, la fraternidad, la paz, la justicia, la misericordia, la bondad…Reír con el que ríe y llorar con el que llora en una actitud de compartir, que es la actitud básica de la misericordia de Dios, que comparte con nosotros hasta su misma naturaleza. Esto ha llevado a algunos teólogos a decir que Dios no existiría si no existiéramos nosotros.

Y aún hacernos la última pregunta: Estoy como Jesús inclinado a remediar y ayudar a aquellos que más lo necesitan? Esta es la verdadera religión y de esto, solo de esto, se nos juzgará en el último día.

Como a Acaz, Dios nos pide tengamos confianza en él no en las propias fuerzas, él que viene a mostrarnos, en Jesús, los caminos de la misericordia, de la paz y del amor.

4 comentarios en “EMMANUEL

  1. Jesús Gonzalez Reguero dijo:

    Gracias por ser el faro que me indica que dirección debo seguir para hacer posible , aquí y ahora, como hacer realidad el advenimiento de Jesús el Cristo.

  2. Rosa y Rafael dijo:

    El «Emmanuel,»nuestro Dios esta con nosotros ; ¿quién puede estar contra nosotros …nosotros mismos ? para eso viene , para mostrar a los demás que lo llevamos muy dentro, y poder darlo como luz …y amor, sin luz y amor no podemos ver al OTRO COMO él es . Y esto nos lleva a iluminar y amar a las demás en medio de la vida, en el corazón delas masas. Por eso estamos siempre en NAVIDAD : dar vida , y esta en abundancia …
    Así , ya podemos felicitarnos : FELIZ NAVIDAD . a toda LA COMUNIDAD .

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