Algo no va bien en nuestra Iglesia

Cuaresma III | Enrique Mirones | 2017

El evangelista Juan nos recrea una escena que nos permite conocer algo de cómo era Jesús. Un hombre que sabía dialogar a solas amistosamente con una mujer samaritana, perteneciente a un pueblo impuro, odiado por los judíos. Jesús es un hombre que sabe escuchar el sufrimiento y restaurar la vida de las personas. Que la tienen rota por mil razones.

Junto al pozo de Sicar, ambos hablan de la vida. La mujer convive con un hombre que no es su marido. Jesús lo sabe, no se indigna ni la recrimina. Le habla de Dios y le explica que Dios es un «regalo»: «Si conocieras el don de Dios, todo cambiaría, incluso tu sed insaciable de vida». En el corazón de la mujer se despertará pronto una pregunta: «¿Quién es éste? ¿Será éste el Mesías que esperamos?»

Algo no va bien en nuestra Iglesia (La Iglesia, somos todos los bautizados y más), si las personas más solas y maltratadas no se sienten escuchadas y acogidas por los que decimos seguir a Jesús. Su proyecto. ¿Cómo vamos a introducir en el mundo su evangelio sin «sentarnos» a escuchar el sufrimiento, la desesperanza y la soledad de tantos y tantas? ¿Quién ha estado cerca de las mujeres asesinadas en España por su pareja en lo que llevamos de año? ¿Quién pierde su tiempo para dialogar con los más marginados de nuestra sociedad?

Algo no va bien en nuestra Iglesia si la gente nos ve casi siempre a los eclesiásticos y a los que colaboran con ellos, como representantes de la ley y la moral, y no como hombres y mujeres de la misericordia de Dios. ¿Cómo van a «intuir» en nosotros a aquel Jesús que atraía a las personas hacia la voluntad del Padre revelándoles su amor compasivo sin querer entrar en los misterios ocultos de sus sufrimientos?

Algo no va bien en nuestra Iglesia cuando la gente, perdida en una oscura crisis de fe, pregunta por Dios, y nosotros le hablamos del control de natalidad, el divorcio, los preservativos o las relaciones prematrimoniales. ¿De qué hablaría hoy aquel que dialogaba con la samaritana tratando de mostrarle el mejor camino para saciar su sed de felicidad?

Algo va mal en nuestra Iglesia si la gente no se siente querida por quienes somos sus miembros. Lo decía san Agustín: «Si quieres conocer a una persona, no preguntes por lo que piensa, pregunta por lo que ama». Oímos hablar mucho de lo que piensa la Iglesia, pero los que sufren se preguntan qué ama la Iglesia, a quiénes ama y cómo los ama. ¿Qué les podemos responder desde nuestras comunidades cristianas?

9 comentarios en “Algo no va bien en nuestra Iglesia

  1. Mauricio Ruiz Berlanga dijo:

    Efectivamente algo no va bien en nosotros que somos Iglesia…. a mejorar, a seguir …. Gracias un domingo mas….

  2. Carlos Martín dijo:

    Hay partes en la reflexión que me parecen poco claras para mi. Quiero decir, con respeto, que no entiendo bien el sentido….. siento que quien está » perdido en una oscura crisis de fe» quizás ,y digo quizás ,busca respuestas concretas a un dolor concreto que sólo indirectamente tiene que ver con la fe y acaso la» ecclesia » sa comunidad natural cristiana puede ofrecerle una respuesta que quizás pase por una «paternidad respinsable» ( y esto ya se dijo en el Vaticano II) o un divorcio o en fin una salida para vivir sin angustia su espiritualidad,. Ahí debe estar la iglesia. Si algo va mal en la iglesia, miremos nuestro corazón ante todo.

  3. María Dolores dijo:

    Ciertísimo, es la simple y ardiente cuestión de nuestra Iglesia. Mientras, sigamos discutiendo que si galgos que si podencos….
    Gracias por vuestras palabras, que el Señor os bendiga.

  4. Alicia dijo:

    Efectivamente nuestra credibilidad pasa,cada vez más, por ser capaces de sustituir la jota de prójimo por la x de próximo. La presencia, la escucha paciente de las personas es una necesidad grande. Estamos a tiempo. «Ahora es tiempo de salvación».
    Gracias por ayudarnos a darnos cuenta.

  5. Rosa y Rafael dijo:

    … – » Sé que va a venir el Mesías, el Cristo»…El Mesías es el que dice a los hombres todo lo que han hecho.
    Una Iglesia, que se encierra en sí misma y sólo sabe leer sus documentos de familia, traiciona a su Fundador, el Mesías, el que está atento a todas las realidades humanas y las sabe comprender tal cuales son.
    Así » cuando venga él nos lo dirá todo «. Jesús vino y nos dejó el EVANGELIO.

  6. Mane dijo:

    Jesús y la samaritana: una lección bien clara de acogida,escucha y amor.
    No tiene problemas en hablar con una mujer a solas,una mujer de vida rota y complicada,El solo ve a la persona que sufre no le importa lo que piensa solo lo que siente,lo que ama. No somos creíbles!. Estamos cómodamente sentados en nuestro sillón mientras millones de personas gritan porque carecen de todo. Así no somos creíbles. Que le pasa a la iglesia y a los que decimos pertenecer a ella? Quizás tampoco nosotros lo creemos. Quien ha estado al lado de tantas mujeres asesinadas en lo que va de año? Por que la Iglesia de las jerarquías no levanta su voz? Que le pasa a la jerarquía? Le da miedo las samaritanas con problemas? A El no le dio miedo y,si estaba ahí. Nos dejó bien claro de que va todo esto. Pero tenemos que aprender a escucharle. Gracias por esa homilía preciosa y valiente

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