¡FELIZ AÑO 2018!

Fotografía de Paulo Pimenta | 2016

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: «Esto es mío»,
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

(Víctor Hugo)


Un hombre rico murió dejando dos hijos. Durante algún tiempo ambos siguieron viviendo juntos, como es costumbre en la India, en una sola casa, formando una sola familia. Posteriormente regañaron y decidieron separarse, repartiéndose todas las propiedades. Todo fue dividido al 50 por 100, y así arreglaron sus asuntos. Pero después de haberse hecho la liquidación, se encontró un paquete pequeño que el padre había escondido con todo cuidado. Abrieron el paquete y encontraron dos sortijas, una de ellas llevaba engarzado un diamante muy valioso, y la otra era un simple anillo de plata de escaso valor.

Al ver el diamante, la mente del hermano mayor desarrolló su codicia y comenzó a explicarle al pequeño:
«Para mí es evidente que esta sortija no es parte de las ganancias de nuestro padre, sino una herencia de los antepasados. Por eso la guardó separada de sus otros bienes; y puesto que ha sido guardada por la familia durante generaciones, debe conservarse para las generaciones futuras. Por eso la guardaré yo, que soy el mayor, y es mejor que tú te quedes el anillo de plata.»
El hermano pequeño sonrió y dijo: «Muy bien. Sé feliz con la sortija del diamante. Yo seré feliz con la de plata.» Ambos se pusieron los anillos en el dedo y siguieron su camino.

El hermano pequeño pensó: «Se comprende fácilmente que mi padre escondiera la sortija del diamante, es muy valiosa. Pero ¿por qué esconder esta sortija corriente de plata?» La examinó cuidadosamente y encontró algunas palabras grabadas: «Esto también cambiará.» “¡Vaya! —pensó el joven—, éste es el mantra de mi padre.” «Esto también cambiará.» Volvió a ponerse el anillo.

Ambos hermanos se encararon con los altibajos de la vida. Cuando llegaba la primavera, el hermano mayor se sentía exultante, perdiendo el equilibrio de su mente. Cuando llegaban el otoño o el invierno, caía en una profunda depresión, perdiendo de nuevo el equilibrio. Siempre estaba en tensión y se volvió hipertenso. Como no podía dormir por la noche, comenzó a tomar somníferos, tranquilizantes, drogas más fuertes. Finalmente, llegó a un estado en el que tuvieron que darle electrochoques. Éste era el hermano de la sortija con el diamante.

Mientras, el hermano pequeño, el del anillo de plata, disfrutaba de la llegada de la primavera, no trataba de eludirla, la disfrutaba, pero miraba su anillo y recordaba:
«Esto también cambiará.» Y cuando cambiaba, sonreía, diciendo: «Bueno, ya sabía que iba a cambiar. Ha cambiado, ¿y qué?» Cuando llegaba el otoño o el invierno, miraba de nuevo su anillo y recordaba: «Esto también cambiará.» No empezaba a llorar, sabía que cambiaría. Y, efectivamente, también cambiaba, pasaba. Fuesen cuales fuesen los altibajos de la vida, las vicisitudes, sabía que nada es eterno, que todo surge para desaparecer. No perdía el equilibrio de su mente y vivió en paz, feliz. Este era el hermano de la sortija de plata.
¡FELIZ AÑO NUEVO!

10 comentarios en “¡FELIZ AÑO 2018!

  1. Mauricio dijo:

    Os deseo a toda la Comunidad de Santa Maria de Sobrado lo mejor para este año y agradeceros vuestro testimonio continuo, asi como vuestras oraciones…. Que Dios os bendiga ¡¡

  2. Bea dijo:

    Gracias por tan buenos consejos para este año y para siempre. Buen talante para afrontar la vida sin desgastarse inútilmente. Os deseo de corazón un feliz año nuevo.

  3. Mane dijo:

    Los altibajos de la vida no son eternos,todo lo que nace desaparece. No perdió el equilibrio y vivió o encontró la paz. Todo lo hecho por amor,aunque sea pequeño,aunque los demás no lo noten,Dios lo tiene en cuenta.
    Hoy día Mundial de la Paz,oremos en nuestras casas en nuestras iglesias por ella. Que no falte la voz de nadie donde invocamos a Cristo.
    Féliz Año Nuevo a toda la comunidad de Sobrado.

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