AMOR DE DIOS

Queridos Hermanos

            Estamos en el cuarto domingo conocido también como el domingo del B.P        Las lecturas que hemos escuchado nos ayudan a medir el amor de Dios por nosotros, amor que no tienen medida, pues siendo Dios se hace hombre y se convierte en el guía que nos conduce hacia Él, a la Vida Eterna. La misericordia y el amor de Dios se materializan, para nuestra comprensión. El evangelio pertenece a una de las páginas más bellas y llenas de esperanza de los escritos del N.T. Nos presenta a Jesús como el Buen Pastor y a  nosotros como ovejas de su rebaño. Pastor que vive para sus ovejas, las cuida, se desvela por ellas. Jesús cumple su misión entre los hombres con la pretensión constante de dar vida, curar, perdonar, terminar crucificado por  ellas para darles vida con su muerte.

            Para Dios somos importantes, somos su manifestación externa y se ocupa personalmente de cada uno de nosotros, incluso cuando nos alejamos de él por el pecado. Ya Ezequiel decía: Dios no quiere la muerte del malvado, sino que se convierta de su conducta y viva. Dios se goza en perdonar, no en condenar. Su misericordia es mucho mayor que todos nuestros pecados por grandes que sean. No guarda rencor, ni nos paga por nuestras culpas, pues el Señor siente como un padre por sus hijos, ternura por sus fieles. (salmo 103).

            Qué hace el pastor por nosotros: Nos conoce, nos llama, nos lleva a buenos pastos donde nada nos falta, nos lleva a verdes praderas a descansar, nos guía con su cayado, él siempre va con nosotros. aunque caminemos por cañadas oscuras,nada tenemos pues que temer. Nos guarda para que nadie nos separe de él. Pero por encima de todo eso Jesús nos hace partícipes de su categoría de Dios. Nos revela nuestra verdadera condición. Es como si el pastor se hiciera a si mismo oveja, para con sus balidos hacerlas comprender todo lo que tiene preparado para ellas, elevarlas por encima de su condición meramente animal.

            La fuerza radica precisamente en el amor que Dios nos tiene y en su reconocimiento por nuestra parte. Él nos amó primero. Siendo nosotros injustos y pecadores Dios nos amó y nos entregó a su Hijo para darnos a conocer su amor, misericordia y su plan para nosotros. La fuerza no está pues en nuestro amor sino en el suyo.

            ¿Qué tenemos que hacer nosotros por nuestra parte?  Creo que por encima de todo, por la fe vivir en paz y sosiego pues Dios nos conoce y nos da siempre lo mejor para nosotros. Y además como dice S. Pablo a los Romanos,nadie nos separará del amor de Cristo: La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre la desnudez, los peligros, la espada…En todo esto salimos vencedores gracias a aquel, que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

                     Jesús, pastor nuestro nos da el mejor alimento que se pueda imaginar: su cuerpo su sangre y su palabra. Y el lugar de reposo donde nos lleva es la vida eterna. Y la vida eterna es el conocimiento-comunión de amor con Dios y con su enviado. Aún más, el Buen Pastor nos lleva al interior de la unidad trinitaria, pues quiere que seamos uno como él con el Padre.

            La celebración de este domingo del B. P. Creo que es enormemente oportuna en estas tiempo en que se oyen tantas voces, tantos ruidos, tantas promesas de felicidad, efímeras por supuesto, donde hay tantos slogans, la voz imperiosa del dinero, la voz violenta de la traición, la voz insinuante del sexo, la voz artera de la mentira, la voz atrevida de la diversión, la voz lisonjera de los falsos amigos, la voz interior, los gritos de mis miedos y mis apetitos, la voz de la rabia y de la rebeldía, la de la injusticia y la de la muerte. En esta bulla de voces que vienen de aquí abajo, nos llega una, solo una, la de Jesús serena, generosa, no impositiva, de amor inagotable, de perdón sin límites. El B. P. Nos dala seguridad de la posesión de un bien absoluto, que es la salvación respondiendo así a nuestra necesidad fundamental de oír una voz que sea verdadera y tranquilizadora. Nuestro corazón está cansado por lisonjas, seducciones y por las inmundicias producidas por nuestros egoísmos, así pues, oír la única voz que promete y da vida eterna, es consuelo. Pero tenemos que pedir al Señor no que oigamos tan solo la palabra, sino que conozcamos al que la pronuncia.

            Esta es hermanos la gran invitación de hoy: conocer al pastor que nos habla con palabras de tanto amor, tanto perdón y tanta misericordia y esperanza. Vamos conociendo cada vez más profundamente el planeta en que vivimos, el universo en el que estamos ubicados, la satisfacción cada vez más profunda de nuestras necesidades, los inventos rápidos y sucesivos para hacer la la vida más placentera. Pero con esa misma fuerza y precisión ¿nos vamos conociendo a nosotros mismos, nos vamos perdonando, nos vamos abriendo al único que es capaz de hacernos perdurablemente felices, vamos creciendo en el conocimiento del único que tiene palabra y promesas de vida eterna, al único que es capaz de dar sentido a nuestra debilidades, nuestro sufrimientos, nuestras tragedias?

            Termino con un bello poema, harto conocido, de S. Juan de la Cruz

1. Un pastorcico solo está penado, ajeno de placer y de contento, y en su pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado. 2. No llora por haberle amor llagado, que no le pena verse así afligido, aunque en el corazón está herido; mas llora por pensar que está olvidado. 3. Que sólo de pensar que está olvidado de su bella pastora, con gran pena se deja maltratar en tierra ajena, el pecho del amor muy lastimado. 4. Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado de aquel que de mi amor ha hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia, y el pecho por su amor muy lastimado! 5. Y al cabo de un gran rato se ha encumbrado sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos, y muerto se ha quedado asido dellos, el pecho del amor muy lastimado.

 

 

Un comentario en “AMOR DE DIOS

  1. Mane dijo:

    Esta imagen es una llamada a la comunión.
    El Buen Pastor comparte su vida con las ovejas. Le»conocen a el». Sólo desde la comunión de corazón podemos caminar hoy en la Iglesia.
    No son tiempos fáciles para la fe,crece el distanciamiento entre la jerarquía y el pueblo cristiano. Sólo si tenemos el Espíritu del Buen Pastor,podremos crear un clima de cercanía,escucha,respeto y diálogo humilde que tanto necesitamos.
    No nos atrevemos a escuchar directamente a Jesús.
    Que buena homilía! Y que belleza de poesía!! Gracias

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.