Yo soy la puerta.
Sencillamente, pasa. Yo soy la Pascua, la tierra desnuda y serena, olvidada de sí misma, acogiendo del mismo modo la lluvia que la golpea y el sol que la caldea. Pasa, entra y sal. Yo soy verdes praderas y soy aridez del desierto. Soy fuentes tranquilas y soy cansancio y sed. Soy mesa abundante y soy ayuno y hambre. Soy casa donde habitarás por años sin término y no tengo donde reclinar la cabeza. Soy bálsamo para tus llagas y soy cuerpo herido.
Yo soy la puerta.
Pasar. Partir. Partir de nuevo. Sin cesar, infinitamente partir. Abraham partió por primera vez y esa primera vez se lo exigía todo, parecía imposible y sin embargo tuvo lugar; y, de esa pérdida de todo, de ese salir sin saber dónde iba, nació un hijo, carne de su carne, gozo de su gozo. Y he aquí que le pedían que partiera de nuevo, y he aquí que lo que había hecho una vez le era preciso hacerlo por segunda vez y esa segunda vez era tan imposible como la primera y mil veces más dura, incomparablemente más dura. Abandonar a los suyos, su lengua, su país, no era nada. Ahora un Dios loco le ordenaba que se apartara de su hijo, que se amputara vivo de su vida, un Dios que recuperaba su ofrenda y pisoteaba su palabra. Pues no somos dueños de nada. Lo que creamos se separa enseguida de nosotros. Nuestras obras nos ignoran, nuestros hijos no son nuestros hijos. Además, no creamos nada. Nada de nada. Sus días son, para el hombre, lo que la hierba en el campo. Brilla verdeante al sol por la mañana y luego por la tarde la cortan y se seca. He aquí lo que te aguarda. Aprenderás a contar estrellas en el cielo y granos de arena en las playas del mar, olvidado de ti.
Yo soy la puerta.
Pasa. Pasa por mí. Entrar y salir. No busques puerto seguro, el secreto está en el viaje. Partir. Partir de nuevo. Yo he venido para que tengas vida. Cuando atravieses cañadas oscuras, no temas. Soy yo quien te despoja de todo, por puro amor, para que conozcas la vida abundante. Yo soy la puerta. Pasa. No te detengas.
Gracias!!
Gracias
Entrar por la puerta que es Jesús, es lo mismo que acercarse a él
» nadie fue ayer,
Ni va hoy,
Ni irá mañana hacia Dios
Por este mismo camino que voy yo.
Para cada hombre guarda
Un rayo nuevo de luz el Sol…
Y un camino virgen Dios»
Preciosa reflexión. Muchas gracias.
Cuidense en casa
Lo importante es adaptarse al movimiento, a la Vida, y reconocer la Puerta tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, así como en nuestros días.
Gracias por una nueva reflexión.
Aquí aporto mi granito de arena:
https://m.facebook.com/?_rdr#!/story.php?story_fbid=120281362979698&id=100641221610379&ref=content_filter
Qué gran despojamiento, qué dificil …..qué sencillez……qué grandiosidad……..qué VERDAD.
Gracias.
Gracias
«Soy yo quien te despoja de todo, por puro amor, para que conozcas la vida abundante. Yo soy la puerta. Pasa»
La puerta oculta tras el Silencio… La puerta que nos conecta con nuestro auténtico Yo y con el Yo divino….
Gracias por compartir tanta Sabiduría.