Querido Luis: Comienzas hoy, una nueva etapa del camino cisterciense con tu compromiso definitivo como oblato. Lo celebramos en esta solemnidad de la Ascensión, con una actitud reverente ante el Misterio que nos trasciende y que nunca acabaremos de entender. Arrodillarnos ante el Misterio, precisa de fe en medio de la incomprensión; de paciencia a toda prueba ante el tiempo de espera, que es siempre tiempo de amor; fiarse de Aquel que conoce mejor que nosotros los designios de la historia, lo que más nos conviene y va a ser mejor para nosotros. “Señor, tú me sondeas y me conoces, me conoces cuando me siento o me levanto…” (Salmo 138).
Sólo tenemos una representación devocionalmente viva del misterio de Jesús Glorificado: es el icono de Jesús, el Cristo, en la Cruz. La vida es como el movimiento de un péndulo que se mueve entre dos opuestos polares: entre la felicidad y la tristeza, entre la satisfacción y la insatisfacción, entre conseguir lo quieres y no conseguir lo que anhelas, entre la salud y la enfermedad. Y, además, este movimiento es continuo. Si clavas la Cruz en el centro de tu vida, todo quedará relativizado, se recolocará en su sitio, y te hará capaz de caminar con la certeza de que, en cada situación de tu vida, pase lo que pase, Dios estará presente, porque Jesús estuvo, está y estará presente en las situaciones más impresentables, en los acontecimientos, aparentemente, de ‘menos Dios’ de la vida.
Ahora le cedo la palabra a una voz autorizada, como es la de Elredo de Rieval: Me dirijo a vosotros, hermanos míos, hijos míos, que no sólo adoráis, sino que hacéis profesión de la cruz de Cristo; y no solo hacéis profesión, sino que amáis su cruz. Me dirijo a vosotros, piense cada uno lo que quiera, mírelo como le parezca, tenga consigo las consideraciones que le parezca: en la cruz de Cristo no hay nada tierno, nada blando, nada delicado, nada que agrade a la carne y a la sangre.
La cruz de Cristo ha de ser como el espejo del cristiano. En esa cruz de Cristo mire si su vida, su conducta están de acuerdo con la cruz de Cristo, y esté convencido que participará de la gloria de Cristo en la medida que participe de la cruz de Cristo. En cambio, el que rechaza el sufrimiento de la cruz de Cristo tema ser rechazado de la presencia del Crucificado. Por vuestra parte, hermanos míos, daos cuenta cómo habéis de alegraros vosotros que estáis crucificados con Cristo.
Os digo la verdad, hermanos, no miento. Nuestra Orden es la cruz de Cristo. Por eso, hermanos, tened buen cuidado de estas dos cosas: no os apartéis de la cruz de Cristo, y puestos en la cruz, no hagáis nada contra la misma. Lo que quiere decir, hablando más claramente, que perseveréis en vuestra Orden, y perseverando en la misma, no hagáis nada a sabiendas contra ella, y así sin duda alguna iréis con Cristo adonde él os ha precedido con su cruz.
Es un placer para mí, hermanos, seguir hablando de la cruz de Cristo, nuestra gloria, nuestra vida, pero hemos de ser moderados, tanto más que los oficios litúrgicos hoy son más largos. Por eso, acudamos al mismo Señor nuestro Jesucristo e imploremos su misericordia para que se digne mirar a esta familia suya por la que no dudó en ser entregado en manos de los enemigos y sufrir el tormento de la cruz, él que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén (Elredo de Rieval, Sermón 10, En el día de Ramos)
Querido Luis, en este camino no estás solo: tus hermanos de comunidad están siempre a tu lado y la Virgen María, maestra de humildad, te enseñará a hacer cada día una lectura de tu historia de salvación, haciéndote disponible al Espíritu del Señor que te conducirá por las sendas del Evangelio con el corazón humilde y ensanchado. Ella te acompaña en todo momento para que tu querer sea sólo y únicamente el querer de Dios.
Enhorabuena, querido Luis. Qué alegría para todos.
FELICIDADES LUÍS!!!! Fiesta grande hoy en Santa Maria de Sobrado. Gracias por compartir con todos vuestras celebraciones
Me uno en la oración, la alegría y la gratitud a la Comunidad!!
Enhorabuena Luis por esta nueva etapa en tu vida de fe y entrega y también a la comunidad. un fraternal abrazo. Laura
Una gran alegría, querido Luis. ENHORABUENA. Un rayo más de luz en nuestro querido monasterio.
Enhorabuena a ti y a la Comunidad de Santa María de Sobrado. Es esperanzador saber del compromiso en el camino cisterciense y una alegría ver crecer la Comunidad. Gracias.
Nuestra cariñosa enhorabuena al hermano Luis.
Pienso que el Señor nos recuerda hoy -como a Marta- a quienes, tal vez, andamos dispersos en demasiadas cosas, que solo una es necesaria y que, en este caso, el hermano Luis «ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
¡Saludos a toda la Comunidad!
Enhorabuena, querido Luis, y enhorabuena a toda la comunidad !!!
Un abrazo grande para todos.
Dios nos bendice siempre.
Enhorabuena!!!!
. .. como me decía un buen amigo cartujo “ el que busca a Dios lo encuentra “.
En unión de oraciones.
Felicidades Luis, con cariño.
Felicidades!!!
¡Abrazo grande, querido Luis! Bendiciones llenas de alegría y gratitud para ti y toda la Comunidad.
Parabéns querido Luís!…
Unida em oração.
Saudações para toda a comunidade.
Enhorabuena para Luis y ara a Comunidad
FELICIDADES LUIS, un abrazo muy fuerte y mi agradecimuento muy cariñoso, para ti y toda la comunidad
el hermano ha encontrado la perla preciosa y por ella lo ha entregado todo. ¡dichoso él! y gracias por enviarnos las fotos del día.
Muchísimas Felicidades, Luis. Me siento privilegiada por poder compartir con toda la Fraternidad de Laicos la alegría de ver cumplida tu aspiración en el Cister. Espero poder darte el abrazo de felicitación en el primer momento que tengamos autorización en estas circunstancias del Covid, confiando que sea ya pronto. Felicidades y hasta siempre.
Caríssimo Luis, este é mais uma etapa do teu caminho… Alegramo-nos na tua decisão, na tua pertença a uma comunidade adulta, aberta e solidária, que muito estimamos. A ti desejamos uma caminhada serena e feliz, na confiança absoluta do AMOR INFINITO que, em cada manhã, está disponível para nos colocar o anel no dedo de filhas e filhos predilectos, que somos todas e todos nós.
Com estima fraterna,
Emília e Mário
Parabéns!