Año Nuevo

Virgen de la humildad | Giovanni di Paolo | hacia 1444

Comenzamos un nuevo año acompañados de los graves acontecimientos pandémicos, que conocemos y padecemos, y que, posiblemente, se van a quedar con nosotros. Ojalá no sea así y Don Quijote tenga razón: Sábete, querido Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca (El Quijote)

Frente a todos estos problemas, tenemos distintas maneras de ver las cosas y distinta sensibilidad: hay personas que se hunden y que contemplan la vida como un lugar en el que ya no hay capacidad de reacción, y hay personas que piensan que la vida vale la pena, y.… que, ‘a mal tiempo, buena cara’.

Apenas está en nuestra mano cambiar todos estos acontecimientos, pero sí que podemos acogerlos con humor. El humor es el talante general con que cada persona, con sus facultades, se enfrenta al mundo y a la vida que le toca vivir. Es un estado general del espíritu y, en este sentido, es lo más cercano que conocemos a la felicidad.

Podemos tener más o menos suerte, más o menos talento o más o menos ambición, pero si hay algo que parece acercarnos a esa meta universal del hombre, la felicidad, parece ser la capacidad de sonreír a la vida, de tener buen humor. Y lo bueno es que se contagia, porque quien sabe enfrentarse a la vida con humor no sólo es más feliz, sino que hace más felices a los demás.

Quien tiene un espíritu alegre está abierto hacia el mundo en el que vive inmerso, con gran disposición de acogida, de comprensión y de intercambio. El hombre alegre sabe complacerse y se complace en los hombres, en las cosas, en los valores y en los acontecimientos. El humor es uno de los medios más eficaces para mantener la salud mental, el equilibrio emocional y tener unas buenas relaciones interpersonales. El que sabe reírse de sí mismo, el que no se da importancia; el que se ríe, sin malicia ni rencor, de los otros, de las adversidades, de los fracasos e incluso de los éxitos, manifiesta la sabiduría paradójica del Evangelio.

El hombre que se ejercita en llevar sus sentidos hacia el interior, que busca su presencia en lugar de huir, ese hombre no se hastía nunca; ese hombre nunca está triste; ese hombre nunca es desdichado. Aunque lo encierren en un calabozo profundo y lo carguen de cadenas, permanece dichoso y libre en la luz. Cuando se alcanza esa densidad, nace una tercera cosa que no es alborozo ni tristeza; esa tercera cosa se llama gozo. (Lanza del Vasto)

El humor es una manifestación de la hondura del ser humano. En el humor se vive el sentimiento de alivio del peso de las limitaciones y del gozo de verlas relativizarse, sin la importancia que ellas mismas se dan. El que tiene buen humor, se siente libre de las imposiciones que exige la situación y realiza una experiencia de libertad, de dar sentido a lo que está haciendo y construir algo nuevo. Detrás del humor, está presente la creatividad. Por más limitaciones naturales y sociales que haya, siempre hay espacio para crear algo nuevo. La persona que tiene buen humor, en su ser más profundo y verdadero, es creador y un ser libre.

Tenía sentido del humor aquel filósofo que escribió: la esencia secreta del humor reside en la fuerza de la actitud religiosa, pues el humor ve las cosas humanas y divinas en su insuficiencia delante de Dios. Desde la seriedad de Dios, el ser humano sonríe de las seriedades humanas que pretenden ser absolutamente verdaderas y serias. Son nada delante de Dios. Hay una tradición teológica que nos viene de los Padres de la Iglesia Ortodoxa que habla del Deus Ludens (Dios lúdico), que creó el mundo como un juego para su propio entretenimiento. Y lo hizo sabiamente, uniendo humor con seriedad.

El Maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de Dios.

– ‘Primero’, les dijo, ‘Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años.
Luego volvió y me condujo al País de la Aflicción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada.
Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte.
Entonces fue cuando me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron todo cuanto quedaba en mi de egoísmo’.
– ¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?, le preguntaron.
– ‘No’, respondió el Maestro. ‘Un día dijo Dios: Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al Corazón del propio Dios» Y fui conducido al País de la Risa’. (Tony de Mello)

¡Ojalá seamos conducidos también todos nosotros al País de la Risa donde se nos da el don por excelencia de los dones: reírse de uno mismo!

¡Ojalá seamos conducidos también todos nosotros al País de la Risa donde se nos da el don por excelencia de los dones: reírse de uno mismo!

Que en este Año Nuevo 2022, María, la Madre de Dios, la madre de Jesús -la alegría de los hombres y nuestra paz definitiva- nos conceda la gracia de vivir con buen humor y de poder comprenderlo a partir de las insuficiencias humanas, las que nos hacen vernos pequeños y no tomarnos tan en serio.

10 comentarios en “Año Nuevo

  1. Mane dijo:

    Hay algo que sólo se puede descubrir con corazón de niño: la eterna infancia de un Dios que puede despertar nuestra ternura y nuestra capacidad de amar por puro gozo, como ¡ los niños!
    Preciosa reflexión. GRACIAS

  2. Pedro Garciarias dijo:

    Es cierto, hay en Dios, en el Espíritu una increíble, inolvidable sonrisa, ¡que nos la muestre!, que nos lleve al corazón de la risa, amén. Me gusta la reflexión y la sabiduría del Quijote, magnífica. Decirles gracias, ¡¡¡que poco!!, pero es la palabra que conviene. Hoy fiesta de la Madre de Dios, he recordado las palabras del santo Bernardo, «mira la Estrella, invoca a María…»; hay un cuadro en el Prado, es mi favorito de todo el museo,»Cristo abrazando a s.Bernardo» de Ribalta, en cada visita me quedo un buen rato ante él. Como la sala está un poco apartada, nadie interrumpe, y claro, ni yo molesto a otros. Abrazo fraterno lleno de la sonrisa del Espíritu.

  3. Beatriz dijo:

    Qué bonita! Pues si, el buen humor y la alegría es raro que no vayan de la mano . Estar presente en el momento final de la vida de una persona ( en el que queda al descubierto cómo somos ) con este don, es algo que no se olvida nunca y deja una huella imborrable en el interior.
    Que la Virgen María, que es Camino seguro que nos conduce al Padre, nos conceda la gracia de aferrarnos cada día más a Ella.

  4. Raúl Roberto dijo:

    Gracias, hermanos. Es un artículo interesantísimo sobre el buen humor. Me ha venido muy bien el leerlo y aprender más sobre la felicidad que es lo que todos anhelamos con más fuerza. El Dios del buen humor es el verdadero porque ha puesto en nuestro interior más profundo, en nuestro corazón, el deseo del gozo eterno.
    Feliz año nuevo y que seamos muy dichosos aprendiendo a reírnos de nosotros mismos!!!!!

  5. Bea dijo:

    Gracias por esta reflexión del buen humor y risa que debemos de tener todos los cristianos, o todos los que así nos denominamos……

  6. celia dijo:

    Gracias, siempre me hacen bien sus comentarios y también sus charlas y conferencias que voy encontrando. Feliz Año Nuevo.

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