El mensaje de hoy es claro y viene dado por cuatro verbos fundamentales: Escuchar, seguir, entrar y salir.
Escuchar la voz del Señor, a través de una meditación de su palabra, en una actitud continuada. No solo los domingos. La Biblia habría de ser para los cristianos nuestro libro diario de lectura. La consecuencia justa de esa actitud de escucha es el seguimiento de Jesús. El cristiano, nuestra vida, ha de ser una reproducción de la de Jesús y consiste en creer lo que Jesús creyó, dar importancia a lo que Él dio, defender la causa del pobre, confiar en el Padre y enfrentarse a la vida y a la muerte con la fe y la esperanza con las que Él se enfrentó.
Los otros dos verbos, entrar y salir, referidos a la libertad de las ovejas ha de entenderse como dos verbos significativos de la vida, como el nacer y morir. Jesús es la puerta de la verdadera vida, una nueva vida que lleva a entrar en el redil, que es su amor, pues hemos reconocido su voz, esa voz nueva y llena de amor y ternura y misericordia y otra en la que se sale para participar de la divinidad que Jesús nos ha revelado, una vida resucitada de inserción junto con toda la creación en el Padre por toda la eternidad. Jesús es puerta pues es el único camino hacia Dios. Lo siguen los que han escuchado y seguido. Jesús en este evangelio se nos muestra como amoroso y cuidadoso. Nos conoce por nuestro nombre. Es el guía y pastor de nuestras vidas. Es la Puerta de entrada a la Vida Eterna De aquí se colige el escuchar y el seguir.
Este es pues el resumen de la Palabra de Hoy: Escuchar, seguir, entrar y salir. Hermanos estas no son palabras huecas, sino palabras de vida, de una vida que es lucha, pues son tantas hoy las voces que llegan a nuestros oídos de tantos lados, voces que nos llevan a buscar lo que no es realmente necesario, voces que nos llevan al despilfarro y al olvido del que sufre, voces que apagan la palabra de Dios que se encuentran en las Escrituras, voces, sueños y deseos que no son los de Dios, los que nos llevan a Él.
Termino con una parábola: La Parábola del lapicero.
El nieto le preguntó a su abuelo:
“Abuelo, ¿estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos ? ¿Es, por casualidad una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo: “Sí, estoy escribiendo sobre ti. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tu fueras como este lápiz cuando seas mayor.
El nieto miró intrigado el lápiz, y como no vio nada especial en él, preguntó ¿Qué tiene de especial ese lápiz?
el abuelo respondió:” Hay cinco cualidades que sí consigues mantenerlas, harán de ti una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad: El lápiz, al escribir, siempre deja una marca. De la misma manera, debes saber que todo lo que hagas en la vida, dejará señales. Así que trata de ser consciente de cada una de tus acciones, porque dejarán huella.
Segunda cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su apariencia externa sino el grafito que hay en su interior. Así que ten cuidado siempre de lo que pasa dentro de ti, pues de eso saldrá lo que hagas después. Tercera cualidad: De vez en cuando necesitas dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final estará mejor afilado. Tú también debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán una mejor persona.
Cuarta cualidad: El lápiz nos permite usar una goma para borrar lo que está mal. Permitir ser corregidos en algo que hemos hecho mal no es necesariamente algo negativo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Quinta cualidad: El lápiz es humilde y siempre se deja guiar por la mano. Puedes hacer grandes cosas en tu vida, pero nunca olvides que hay una mano que debe guiar tus pasos. El nombre de esa mano es Dios, y siempre, si tú te dejas, te guiará en la dirección correcta.
Aplicación personal: Nuestro actuar en la vida debe ser como la del lápiz en las manos de un artista; él no decide lo que va a hacer. Confía pues y déjate guiar por el Espíritu.
Gracias.!!!
Me ha gustado mucho y la parábola del abuelo y el lapicero, qué bonita!, se la voy a enviar a mi nieta Paula. La segunda lectura de la EUCARISTÍA de hoy me ha venido como anillo al dedo, cuando nos dice al principio de la Carta que es una gracia de Dios el padecer por seguirle, es verdad, además solo tenemos esta vida para dar testimonio de que le seguimos a pesar de todo…aunque ni note ni se conozca…lo sabe el Maestro y eso nos basta.
Gracias por el envío. La foto muy acertada.
Gracias!
Nos conoce por nuestro nombre, nos llama “una por una “ y nos saca fuera. Le seguimos porque conocemos su voz.
Por tanto, todo está bien.
Paz y Quietud.