La Iglesia no solo celebra la memoria de los santos reconocidos oficialmente como tales, los que han sido canonizados, sino que en esta solemnidad nos invita a hacer memoria de los “justos” de todos los tiempos que han vivido la amistad con Dios, de un modo menos notorio o público sino en el fondo de su corazón.
La Iglesia canta “Tu solo eres santo”, dirigiéndose a su Señor. La santidad de Dios es el misterio de su vida y de su amor infinito. Él quiere comunicarnos vida santa y santifica a los que buscan unirse a Él. A esos la Iglesia los llama Santos. Y nosotros los ponemos de modelos. Hoy ella nos invita a pensar en esa multitud anónima e innombrable de aquellos que en los cielos glorifican al Cordero de Dios y a su Padre sin que los hombres hayan jamás discernido hasta qué punto su unión a Jesús había sido tan profunda en la tierra. Los santos que celebramos a lo largo del año no han seguido un camino diferente que los santos desconocidos celebrado en esta solemnidad. Todos han seguido a Jesus en el camino que nos dejó trazado en las Bienaventuranzas; todos han vivido como hijos de Dios, animados por la esperanza de contemplar el rostro de su Padre del Cielo. Dejémonos arrastrar por esos hermanos de los que muchos han vivido en las mismas circunstancias que nosotros.
La oración del comienzo nos recuerda que esa multitud de santos están intercediendo por nosotros.
Todos los cristianos marcados por el bautismo están invitados a participar en el gozo de los elegidos. Pero no podrán unirse a esa multitud celeste si no han aceptado pasar como Él por la prueba que purifica. El Salmo 23 nos lo recuerda.
La razón fundamental por la que Dios ha enviado a su hijo al mundo es para hacernos a nosotros también hijos de Dios. Yo creo firmemente que Todo cuanto existe es una emanación de ese Dios grandioso imposible de imaginar, como es imposible comprender y ni siquiera imaginas la grandiosidad de ese universo material en el que estamos insertados, como una gotita en un océano enorme. Salimos de su identidad y volveremos a esa misma grandeza de la que salimos. Todos creo que de un modo u otro seremos insertos en aquel de quien salimos a la existencia material. Es imposible imaginar algo que no pueda existir. Que se me demuestre lo contrario.
El Evangelio nos habla de una lógica extraña para nuestro modo de expresarnos y de comprender las cosas. Anuncia la buena nueva, el gozo profundo a todos los que nos supondríamos más desgraciados, desprotegidos, olvidados y perseguidos…A esos que nadie mira, pero que son los herederos del Reino. Las bienaventuranzas son la buena noticia para aquellos a quienes Cristo el Señor ha entregado su vida. Aquellos que han comprendido que sus desgracias se han convertido en perlas preciosas, nada menos que el gozo eterno. Todo gracias a la práctica de virtudes poco rentables: la dulzura, la misericordia la pobreza, las lágrimas, etc. ¿No es esto el mundo al revés? Esta paradoja solo tiene sentido en Jesús. Para comprenderlo hay que pensar y vivir de otro modo, hay que convertirse.
Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesus. La llamada a la santidad es para todos.
Queridos hermanos y hermanas, la llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Los santos nos alientan con su vida e intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos a otros para hacernos santos. Juntos pidamos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos, le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad.
Gracias
Gracias 🙏
Me ha gustado mucho la reflexión de hoy, inspirada como siempre, me encanta el mundo al revés que trae Jesús. Abrazo fraterno desde Granada
Gracias
Si, la llamada a la santidad es para todos, “ porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor “ ( Evangelii Gaudion 3 ) .
Gracias !!
“” …Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios… “”. A pesar de todas las circunstancias de este mundo en contra, la actitud del cristiano es la confianza…es la esperanza. Lo cierto es que buscamos a Dios y pensamos en su Santidad… pensamos en Jesús, nuestro maestro, que nos incita a la santidad. Nos anima a seguir sus pasos… “ Yo soy e Camino, la Verdad y la Vida “. Jesús es modelo en nuestras vidas… “ Qué no se turbe vuestro corazón, creed en Dios, y creed también en mi “. El SANTO DE LOS SANTOS nos implica a seguirle en todo… a luchar por adecuarnos a las realidades con aptitudes plenas de Amor… en cada actuación de nuestros quehaceres, se impone la honestidad, la escucha, la sencillez, la humildad, la coparticipación en los problemas que tienen las demás personas…. No juzgar nada, es el camino para acercarse y ser prójimo del hermano…en este peregrinaje aquí en la tierra. Dejar de intentar el control exacerbado de todas las dimensiones de la vida. . Por todo ello, y con todo el ánimo, esperamos en el Señor… “”… Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora “”.