El reino de Dios se edifica en lo cotidiano de la existencia: hay que trabajar y arriesgar. Los cristianos van construyendo la Iglesia en la medida en que viven el Evangelio, día a día.
La primera lectura nos ofrece el retrato de una mujer de recursos: tanto en relación con su trabajo como por su apertura a los pobres. Este bello poema a favor de la mujer adquiere toda su significación si se atiende al hecho de que en la antigüedad, la mujer estaba considerada como una posesión de su esposo. Una mujer virtuosa es aquella que se deja dirigir por Dios y vive conforme a su voluntad. Se convierte así en una bendición par su familia y los que la rodean.
El poema describe las cualidades de esposa y madre, así como su actividad económica que la saca de su solo horizonte el de su hogar. Pero más que estas cualidades, el autor celebra su apertura de corazón delante de Dios y de los pobres. Si la gracia y la belleza tienen ciertamente un encanto ¡que decepcionantes pueden ser estas, gracia y belleza, si no van acompañadas de todas esas cualidades mencionadas. Gracias a Dios esto no resulta nada nuevo en nuestros días, en que la mujer tiene su status propio no enfrente sino al lado de su marido.
Hay muchas mujeres valiosas y valientes en la Sagrada Escritura: Os invito a buscarlas en el AT y NT.
La segunda lectura nos ofrece otro punto de meditación y es la venida no esperada de Jesucristo en la gloria. Es preciso estar preparados y no dejarnos sorprender cuando esta venida suceda. Toda la existencia cristiana está bajo el signo de la esperanza: la de la manifestación definitiva y última del Salvador: Señor de todos los hombres y del universo entero. Debemos estar seguros de esta palabra que se cumplirá y que ya ha comenzado: Un mundo nuevo a punto ya de salir de la oscuridad. No conocemos la fecha, solo que sorprenderá a los hombres que se confían ciegamente en ellos mismos, pero que vendrá como un día de gozo para los que esperan preparados, los que se dejan conducir por la luz de Cristo.
¿Qué significa pues vivir en esa esperanza? Pues trabajar con vigilancia en la obra de Dios, en la creación nueva de todas las cosas, en el nacer de una humanidad nueva.
En definitiva, se trata por nuestra parte de vivir esta esperanza como motor de nuestro quehacer diario, en un mundo en el que podemos cegarnos con la rutina aburrida del día a día.
El Evangelio finalmente por su parte, nos recuerda que éste no se puede acoger sin tener el gusto del riesgo. La prudencia en este terreno conduce directamente a la imprudencia.
Esta parábola bien conocida, llama nuestra atención sobre el caso del tercer servidor que se juzga a sí mismo: Sabía que su amo le reclamaría más, pero por miedo al riesgo rehúsa a poner en activo el bien recibido. Y sin embargo se siente justo por ello. “Aquí tienes lo que te pertenece” insinuando la injusticia de su dueño para reclamarle más dinero.
¿A quién representa este sujeto? A todos los que delante del mensaje del Evangelio refutan o desoyen las exigencias de Dios: Los fariseos que se encierran en sus buenas obras, creyendo así estar del lado de Dios. Los cristianos que rehúyen la Buena Nueva por miedo al riesgo de un compromiso con ella. Los que se adormecen con su buena conciencia del propio bautismo y de su práctica religiosa, pensando que Dios no les reclama nada más. Los que no van hasta el fin de sus posibilidades porque es más prudente guardar para más adelante.
Pensemos bien hermanos en esta Palabra de hoy pues es posible que de un modo u otro también nosotros podemos caer en esa falsa prudencia, esperando en un futuro…O por otro lado entregarse a ritos, tradiciones, formularios de la Iglesia, en lugar de buscar una formulación nueva del mensaje y una liturgia más abierta para nuestro mundo.
Termino citando a Pagola: Quien sólo busca cuidar su vida, protegerla y defenderla, la echa a perder. Quien no sigue las aspiraciones más nobles de su corazón por miedo a fracasar, ya está fracasando. Quien no toma iniciativa alguna para no equivocarse, ya se está equivocando. Quien sólo se dedica a conservar su virtud y su fe, corre el riesgo de enterrar su vida. Al final, no habremos cometido grandes errores, pero no habremos vivido.
Jesús es una invitación a vivir intensamente. A lo único que hemos de temer es a vivir siempre con miedo a arriesgarnos, con temor a salirnos de lo «correcto», sin audacia para renovamos, sin valor para actualizar el evangelio, sin fantasía para inventar el amor cristiano.
¡benditos los cristianos que asumen los riesgos sin dejarse dominar por el miedo! gracias por el comentarios, que Dios os siga bendiciendo. Abrazo fraterno.
Una reflexión de la Palabra de hoy nos exhorta a no vivir en el miedo a arriesgarnos. El seguimiento de Jesús nos invita a compartir nuestros dones que hemos recibido de Dios con todos nuestros hermanos.
Muchas gracias.
Gracias y Gracias . 🙏🏽
Reflexión que me interpela y me da Luz respeto a actitudes concretas.
Contemplar destellos de mar. Escucha. Atención. Vaciarse de tantas cosas para poder ACOGER la Palabra.
“ La luz que fluye de la Divinidad en todos los corazones que viven sin falsedad”.
Matilde de Magdeburgo.
“” …Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente… “” ( Tesalonicenses, 5, 1-6 ). Parte de la vida del cristiano discurre en la austeridad y en la entrega a los demás. Todos los días, se nos anima a estar pendientes de los necesitados, de los menos favorecidos…de ser testimonio de las actitudes de Jesús que viene todos los días a ocupar un lugar preferente en el corazón de los pobres, de los indigentes. A nosotros, solo se nos pide atención y vigilancia para no desoír las voces que claman en la sociedad, en esa cercanía a la que no podemos hacer oídos sordos. Dios nos concede los valores, nos dona diversos talentos y nosotros tenemos que “ invertirlos “ por medio de la Caridad en la mejora del destino de la Humanidad.. No se trata de Utopías absurdas. Se trata de una Realidad por la que ya se nos piden cuentas en esta Vida… en este “ más acá “… en este compartir arriesgando nuestras vidas en favor del bienestar del prójimo. Somos Peregrinos todos… somos forasteros en una tierra que promete mucho más que la materialidad existencial. Donde Dios no puede desdecirse por “ habernos entregado las llaves de la tierra “. Curemos al hermano, siendo conscientes de que hemos de ser sanados nosotros mismos por la Palabra De Dios, por la lucha activa en considerarnos siervos para el Reino, cada cual con sus medios por medio de la Gracia del Espíritu.
Cuantas gracias a Dios por tanta ayuda. Que El siga bendiciéndoos. Oraciones
Hace un tiempo
quizás demasiado largo qué no me preocupaba de visitar el correo, y bendito toque de atención que me ha dado Dios, para qué en este mismo instante lo haya abierto..Gracias mil por no haber dejado de enviarmelo..Dios los bendiga por su fidelidad en mandarmelo….🙏🙏🙏🙏