Venid y veréis

Cristo y el Abad Menas | Museo del Louvre | s. VI

Los textos de este domingo II del Tiempo ordinario nos hablan de la llamada de Dios. La llamada a Samuel, que llegará a ser un gran profeta, llamada a los primeros Apóstoles, y la llamada a cada uno de nosotros a llegar a ser, según la expresión de Pablo, miembros de Cristo.

EL joven Samuel es llevado por su madre al templo para servir como niño de coro, al servicio del Sacerdote Eli. Pero Dios de un modo improvisto le llama para ser profeta. El servicio de Profeta era una llamada de Dios solo en esa iniciativa. Elige a quien quiere y a menudo llama a personas no preparadas para esa misión, que les llevara a enfrentarse a poderosos, remando también a contra corriente de la opinión pública. Solo poseerán un arma: Una profunda intimidad con el Señor que viene a situarse cerca de ellos, confiándoles su palabra, alimento que será del pueblo.

Dios nos habla también a nosotros, a lo largo de nuestra vida, por medio de su evangelio, por la Iglesia, por nuestros allegados, por acontecimientos etc… Si en ellos no reconocemos la llamada del Señor hemos de pensar que nos falta la intimidad con ese Dios. Hagamos un análisis profundo hoy invitados por la Palabra para ver cómo es nuestra intimidad con el Señor. Esa intimidad que se consigue y se nutre con una atenta lectura de su Palabra, contenida en la Biblia, y especialmente en el Nuevo Testamento que es la palabra del mismo Cristo. Esa palabra que es leída cada domingo.

Releed despacio en vuestra casa el Salmo que hemos escuchado hoy: Salmo 39, preciosísimo. Salmo de acción de gracias y de petición de auxilio.
-Yo esperaba impaciente a Yahvé, hacia mí se inclinó y escuchó mi clamor.
-Dichoso el hombre que pone en él su confianza y no va con los rebeldes, que andan con los ídolos.
-No has querido sacrificios, pero me has abierto el oído.
-y tu Yahvé, no retengas tus. Ternuras hacia mí, que tu amor y tu lealtad me guarden siempre.
-Aunque soy pobre y desdichado, El Señor se ocupará de mí. Tu eres mi auxilio y liberador, no te retrases, Dios mío.

La primera palabra de Jesús en el Evangelio de Juan, que acabamos de escuchar es: ¿A quien buscáis? Y esa es una pregunta que Jesús hace a todo el mundo. Él es la respuesta a las interrogaciones que los hombres llevamos en el fondo de nosotros mismos, que conciernen al sentido de nuestra vida, del mundo y de la historia humana. Pero ¿Cómo encontrar a Cristo, verle y caminar con Él? Se necesitan personas que sean ellos mismos amigos de Cristo, para llevarle a sus hermanos a fin de que puedan verificar que en Jesús se cumplen sus esperanzas y que todo encuentra sentido en Él. Conocemos todos cerca de nosotros gente que busca la fe o simplemente razones para vivir y esperar. A ellos estamos invitados los que tenemos fe a decirles como oíamos en el Evangelio “Venid y veréis”. Y podrán quizá encontrar la alegría de vivir la comunión fraterna y el respeto a las diversidades. Se necesitan personas de fe, con un gran sentido de la justicia, de esperanza indefectible que les puedan revelar que en Jesús se cumplen todas sus aspiraciones.

En nuestra casa hoy tengamos unos momentos de recogimiento, pongámonos delante del Cristo para escuchar su pregunta dirigida a nosotros: ¿Qué buscas?  ¿Y con toda lealtad qué le podemos responder?

Quiero terminar con unas palabras de Tomás Merton: que. son su respuesta a estas preguntas “No hay nada más que merezca la pena vivir: Tan solo este amor infinitamente apacible, que está más allá de toda palabra, de toda emoción, de toda inteligencia. Quiero darme a Ti sin reparo alguno, sin miedos ni deseos, sin buscar la palabra ni el silencio, el trabajo ni el descanso, la luz ni la oscuridad, la compañía ni la soledad, pues lo poseeré todo si estoy vacío de todo y solo Tú puedes vaciarme de todo, de una vez para siempre, y llenarme de Ti, la Vida, de todo cuanto vive, y el ser en quien todas las cosas existen. Señor, Dios mío, en Ti confío no quede frustrada mi esperanza”

6 comentarios en “Venid y veréis

  1. Pedro Garciarias dijo:

    Muy bueno, muy bueno el comentario y el texto de Merton…no hay palabras. Es el mismo Dios hablando desde el corazón. Gracias.

  2. Conncha dijo:

    Gracias de todo corazón, por la hermosa reflexión a la Palabra..Dios los bendiga por tanto bien cómo me transmiten…🙏🙏

  3. Beatriz dijo:

    Gracias !!
    – ¿ Qué buscáis? . Justo antes “ Jesús se volvió “. Jn 1.38.
    Jesús se volvió, se puso de frente a los dos discípulos que lo seguían .
    El dialogo entre ellos tiene un cariz amistoso.” Venid y lo veréis “

  4. pedro garciarias dijo:

    Queridos hermanos, he tenido que volver a meses anteriores para encontrar un sitio para repetiros que recibo un aviso que la página no es segura porque intentar conseguir datos…les he escrito que en Sobrado no hay haeckers ni ladrones, no se han dignado contestarme, solo puedo leer la mitad de los textos. Si se puede hacer algo, lo agradeceré.

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