Ese lento acostumbrarse el Espíritu a morar en la carne

Publicamos hoy el décimo y último texto del retiro. Aquí tienes acceso a los textos anteriormente publicados.

Ese lento acostumbrarse el Espíritu a morar en la carne

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Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles (Bertolt Brecht)           

Estas palabras nos interrogan acerca de la comunión de amor a la que somos convocados. Nos invitan a reflexionar sobre nuestros amores, los que están probados, los que tienen solera, que no son los de un día, o los de un año, ni siquiera los de muchos años, sino los de toda la vida, porque es tarea de toda la vida el aprendizaje y el crecimiento en el amor. Y esto, no por obligación, sino porque creemos que en la medida en que aprendemos a amar, y a amar con un amor misericordioso, aprendemos también a vivir según el Espíritu y es eso, precisamente, lo único que nos hace felices. Sigue leyendo

La misericordia en la escuela de caridad

Publicamos hoy el noveno texto del retiro. Aquí tienes acceso a los textos anteriormente publicados.

La misericordia en la escuela de caridad

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La belleza viene del amor, el amor viene de la atención. La atención simple a lo simple, la atención humilde a los humildes, la atención viva a toda vida. Ante el amor no hay ningún adulto, no hay más que niños, más que esa inocencia que es abandono, despreocupación, mente perdida. La edad suma. La experiencia acumula. La razón construye. La inocencia no cuenta nada, no amontona nada, no edifica nada. La inocencia es siempre nueva, se va siempre a los comienzos del mundo, a los primeros pasos del amor. El hombre de razón es un hombre acumulado, amontonado, construido. El hombre inocente es lo contrario de un hombre cargado sobre sí mismo: es un hombre liberado de sí, renaciendo en el total nacimiento de todo. Os invito a ser como la tierra desnuda, olvidada de sí misma, acogiendo igualmente la lluvia que la golpea y el sol que la reseca. Y decir a los otros: buscáis la perfección en los desiertos de vuestro espíritu. Pero yo no os pido ser perfectos. Os pido ser amantes.
Esperáis del amor que os colme. Pero el amor no colma nada, ni el hueco que tenéis en la mente, ni ese abismo que tenéis en el corazón. El amor es vacío más que plenitud. El amor es la plenitud del vacío. Es, os lo recuerdo, una cosa incomprensible. Pero aquello que es imposible de comprender es muy simple de vivir (Christian Bobin)
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La comunidad: escuela de caridad

 

Publicamos hoy el octavo texto del retiro. Aquí tienes acceso a los textos anteriormente publicados.

La comunidad: escuela de caridad

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“Hoy quizá vivimos una época histórica de particular deterioro de las relaciones humanas, y de constantes desavenencias en todos los campos: crecen los racismos y los nacionalismos excluyentes, crecen las diferencias de clases, las culturas prefieren chocar en vez de encontrarse, fracasan las parejas y aumenta la violencia de género, los partidos políticos prefieren mirarse como totalidades y no como ‘partidos’; y el autismo cultural que respiramos nos induce a mirar a los demás como meros objetos o estímulos, pero no como sujetos de dignidad absoluta. Creyentes o no creyentes, todos deberíamos hacer un esfuerzo por engrasar las junturas de nuestra convivencia, si no queremos deslizarnos por una pendiente que podría terminar en una catástrofe sin precedentes, como si no bastara con todas las catástrofes que hemos ido provocando a lo largo de la historia… Todo eso hace plausible el intento de ser “contemplativos en la relación”, donde quizá se encuentran los mayores tesoros de una vida configurada por la fe y el seguimiento de Jesucristo…” (José Ignacio González Faus).

Una de las intuiciones geniales de los primeros cistercienses fue la de concebir la comunidad monástica como una iglesia doméstica, como una ‘escuela de caridad’. En ella aprendemos el arte de amar. Y esto puede hacerse extensible a cualquier otro carisma y forma de vida en comunidad. Somos relación, es decir, que estamos hechos para la relación con Dios, con los demás y con nosotros mismos, y es relacionándonos como aprendemos a amarnos. Sigue leyendo

Aproximación meditativa al Dios de Jesús

Publicamos hoy el séptimo texto del retiro. Aquí tienes acceso a los textos anteriormente publicados.

Aproximación meditativa al Dios de Jesús

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Jesús comienza su vida pública después de ser bautizado por Juan en el Jordán. Durante el Bautismo tiene lugar la primera teofanía trinitaria narrada por los evangelios que señala a Jesús como el Ungido de Dios. Hasta ese momento, dos de los evangelios, en concreto Mateo y Lucas, nos han relatado algunos acontecimientos de la infancia de Jesús. La tradición considera que Jesús vivió cerca de 33 años, de los cuales no llegaron a 3 los de la llamada vida pública, lo cual quiere decir, que los restantes 30 años, la llamada vida oculta, de la que no sabemos prácticamente nada, es decisiva para la comprensión del Jesús histórico y también del Cristo de nuestra fe. Por supuesto, esto sólo tendría sentido desde la óptica que nos aporta la cristología genética del Jesús, que según Lucas: iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres (Lc. 2, 52), ya que desde una lectura de la llamada cristología descendente, Jesús nació con el lote de atributos divinos y humanos desarrollados. Sigue leyendo

Sanación de la memoria V

Publicamos hoy el sexto texto del retiro. Aquí tienes acceso a los textos anteriormente publicados.

Sanación de la memoria V

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Los rasgos de la memoria enferma que hemos ido describiendo a lo largo de los últimos retiros, nos mantienen encerrados en un círculo vicioso, en un bucle narcisista difícil de romper. Poco podemos hacer para salir de este callejón sin salida. La reacción no es la solución. Las reacciones no funcionan, son más de lo mismo, y sólo conducen a perpetuar el estado de postración junto a un sentimiento arraigado de frustración. La liberación viene de otra parte. El bucle se aflojará gracias al acto de fe en Dios. Necesitamos escuchar nuestro ser profundo, al maestro interior cuya voz nos llevará a reconocer nuestra identidad verdadera, a tomar contacto con nuestra semejanza hasta descansar en ella y permitir que fluya en toda nuestra vida, en nuestras relaciones y en nuestra actividad. Sigue leyendo

Sanación de la memoria IV

Publicamos hoy el quinto texto del retiro. Aquí tiene acceso a los textos anteriormente publicados.

Sanación de la memoria IV

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Algo decisivo y radical que está profundamente grabado en nuestra memoria enferma, es el lugar desde el que nos movemos, el principio vital que nos moviliza. Es decir, desde dónde y por qué surgen nuestras motivaciones, actitudes, comportamientos, deseos, búsquedas, pretensiones, ideales, proyectos, comparaciones, expectativas, prejuicios, suposiciones, identificaciones, etc.

Para una vida como la nuestra este planteamiento es ineludible. Somos peregrinos a la búsqueda del rostro del Dios vivo. Tenemos por guía el Evangelio. Este contexto nos expone a una situación permanente en la que nuestros móviles más profundos van a ir sufriendo duros golpes. De esta manera el proceso de purificación de nuestras motivaciones será continuo y desestabilizante. Pero todos estos golpes tenemos que verlos con la confianza de que es Dios quien está llamando a la puerta de nuestro corazón, para que caigamos en la cuenta de que vivimos en el país de la desemejanza, salgamos de la tierra de la esclavitud a la conquista de la tierra de promisión en la que viviremos a imagen y semejanza del Creador, como hijos de Dios. Es necesaria una lectura de fe, para poder interpretarlo como el camino que debemos recorrer en esta historia de salvación que, guiada por el Espíritu del Señor, vamos escribiendo y editando día tras día.
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Sanación de la memoria III

Publicamos hoy el cuarto texto del retiro. Aquí tiene acceso a los textos anteriormente publicados.

Sanación de la memoria III

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Damos un paso más en este recorrido que estamos haciendo con el fin de conocer el contenido de nuestra memoria enferma. Tras haber visto en el retiro del mes pasado las interpretaciones, los prejuicios y las identificaciones, en este retiro proseguiremos con las comparaciones y las proyecciones, que pueden ser de signo positivo o negativo.

Las comparaciones

Las comparaciones fijan nuestra atención en una o más personas para reconocer sus diferencias y semejanzas y para descubrir sus relaciones. Comparar, por lo tanto, es cotejar. ¡Con qué facilidad nos comparamos! ¿Habéis hecho la prueba de estar atentos a vosotros mismos, de observaros, de prestar atención a esta cuestión de la comparación? Os quedaríais pasmados de las veces que os sorprenderíais comparándoos. ¿A qué me refiero cuando hablo de comparación? Me refiero al hecho de estar midiéndome con las demás. Me comparo con fulanita que es más guapa que yo. Me comparo con menganita que es más inteligente, o con zutanita que es más habilidosa, o con la otra que canta mejor, o con aquélla que es más querida por la superiora, etc.

O también puedo compararme en el sentido inverso: me comparo con éste que es menos trabajador, o con aquel que es menos fervoroso, o con el otro que es menos… El caso es medirse con “el más o con el menos”: soy más que éste o menos que el otro. ¿Por qué este prurito de medirse o compararse? ¿Por qué necesito medirme o compararme? ¿No será porque valgo más o valgo menos en la medida en que mido más o mido menos que la hermana? Sigue leyendo

Sanación de la memoria II

Publicamos hoy el tercer texto del retiro. Aquí tiene acceso a los textos anteriormente publicados.

Sanación de la memoria II

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Nuestra memoria está enferma. Necesita sanación. No podemos permanecer ciegos al programa que dirige nuestras vidas, queremos despertar definitivamente al anhelo que nos empuja a peregrinar del país de la desemejanza al país de la semejanza, hacia nuestro rostro original. Por eso, aplicándonos en el conocimiento de nuestra memoria enferma, seguiremos ahondando en su contenido presentando en este retiro las interpretaciones, los prejuicios y las identificaciones.

Las interpretaciones

La acepción que en nuestro caso vamos a dar a las interpretaciones se refiere a cuando expresamos o concebimos la realidad de un modo personal. La interpretación, por lo tanto, puede ser el proceso que consiste en comprender un determinado hecho y su posterior declamación. Por ejemplo: de acuerdo a mi interpretación, su interpretación del problema no es la correcta.  

La memoria biográfica que nos determina y que, en definitiva, configura nuestro perfil psicológico, va a condicionar nuestra visión del mundo, nuestra manera de relacionarnos con los demás, con nosotros mismos, con Dios y con todo. Como consecuencia de esto, no veremos las cosas tal como son en realidad. Los datos y los hechos están ahí, pero cada cual los percibe de una manera diferente. Los percibimos según la interpretación que demos a los acontecimientos. Esta interpretación nace de unas creencias incrustadas en el fondo de nuestro inconsciente, fuertemente arraigadas, y que son producto de esta memoria biográfica. Sigue leyendo

Sanación de la memoria I

Publicamos hoy el segundo texto del retiro. La semana pasada publicamos el primero: Habitar consigo mismo.

Sanación de la memoria I

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Una idea repetida hasta la saciedad por los primeros cistercienses y de la cual se extrae una visión y unas consecuencias sobre quién es el hombre, cómo es su realidad, cuál es el camino que le conduce a la salvación y también a la felicidad, es la siguiente: Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. Por el pecado el ser humano perdió la semejanza con Dios y quedó desterrado al país de la desemejanza; pero no perdió la imagen. ¿Qué quiere decir esto? A ver si lo entendemos ilustrándolo con un ejemplo muy sencillo: es algo así como si tenemos una moneda de oro. Si la cogemos en la mano vemos que es una moneda hermosa, brillante, reluciente, de oro, y que además parece de oro porque es dorada, brilla, etc., tiene todas las cualidades del oro. Ahora imaginemos que esta moneda la perdemos, cae en tierra y se llena de barro. Si alguien la encuentra después de mucho tiempo se encontrará una moneda sucia, llena de barro, y que no parece de oro. Sigue siendo de oro, pero no lo parece. Si la lavamos y la limpiamos volverá a parecer de oro, pero esto sólo es posible porque a pesar de estar sucia sigue siendo de oro. La moneda perdió su apariencia de oro, pero nunca dejó de ser de oro.

Esto significa haber perdido la semejanza, pero no haber perdido la imagen. Es decir, que aunque por el pecado nuestra realidad no aparente que somos hijos de Dios, nuestra verdad, nuestro rostro original, es que somos y que nunca hemos dejado de ser hijos de Dios. Sigue leyendo

Habitar consigo mismo

El pasado año 2018 la redacción de la Revista Vida Religiosa le hizo la propuesta  a Carlos Gutiérrez Cuartango, prior del Monasterio de Santa María de Sobrado, de publicar diez retiros mensuales para facilitar el crecimiento de las comunidades. No son doce, uno por mes, porque la Revista no publica en los meses de julio y agosto. Es sorprendente la cantidad de hermanos y hermanas que hacen su reflexión mensual con esta publicación. La Revista llega a más de ocho mil comunidades.

Aunque cada retiro puede ser utilizado individualmente con independencia del resto, todos ellos son atravesados por un hilo conductor que da unidad al conjunto. Vamos publicarlos a lo largo de las próximas 10 semanas. Cada texto va acompañado de una pintura de Wei Ligang, artista contemporáneo nacido en Datong (China).

Deseamos que los temas propuestos puedan aprovecharos en vuestro crecimiento humano y espiritual.


Habitar consigo mismo

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San Gregorio Magno, en el libro segundo de sus Diálogos, nos dice que “hubo un varón de vida venerable, bendito por gracia y por nombre Benito, dotado desde su juventud de una prudencia de anciano, quien prefiriendo sufrir las injurias del mundo a sus alabanzas… se fue a vivir en soledad”. En esa soledad vive solo con el Solo durante tres años. La expresión que utiliza es “habitare secum”, esto es: “habitar consigo mismo”. Sigue leyendo