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Hoy, un texto de Thomas Merton. Relata una experiencia que había anotado en su diario al día siguiente de haberla vivido. Después amplía y da forma definitiva a su descripción para incluirla en Conjeturas de un espectador culpable:
En Louisville, en la esquina de la Cuarta con Walnut, en medio del barrio comercial, de pronto me sentí abrumado al caer en la cuenta de que amaba a toda aquella gente; de que todos ellos eran míos, y yo de ellos; de que no podíamos ser extraños unos a otros aunque nos desconociéramos por completo. Fue como despertar de un sueño de separación, de falso aislamiento en un mundo especial, el mundo de la renuncia y de la supuesta santidad. Toda esa ilusión de una existencia santa separada es un sueño. No es que yo cuestione la realidad de mi vocación ni de mi vida monástica, pero el concepto de “separación del mundo” que tenemos en el monasterio se presenta demasiado fácilmente como una absoluta ilusión: la de que haciendo los votos nos convertimos en una especie diferente de seres, pseudoángeles, “hombres espirituales”, hombres de vida interior…, lo que sea. […] Sigue leyendo →