La gracia está en el fondo de la pena

Crucificado | Miguel Pérez (en el comedor de la comunidad)

La manera de vivir de Jesús, de este hombre que pasó haciendo el bien y curando a los poseídos por el mal, le condujo al desenlace fatal de una muerte en cruz. Es muy poco probable que nuestra manera de vivir nos conduzca al mismo final que tuvo la vida de Jesús y que participemos del mismo destino de los crucificados de nuestra historia actual, pero de lo que no cabe duda es de que toda vida humana, querámoslo o no, está marcada por la fragilidad y por la muerte -algo que es tan obvio en estos tiempos de la pandemia global que estamos viviendo- y creo que es decisivo para todos nosotros descubrir en ellas el paso del Dios que da la muerte y la vida.

La vulnerabilidad y la muerte están presentes en nuestra vida desde que nacemos; nos salen al encuentro en cada paso del camino. La sociedad trata de ignorar la muerte, y, por todos los medios, busca aparentar como que no existe, o al menos intenta promocionar una vida que puede prescindir de ella. A medida que pasan los años, la muerte se nos hace menos huidiza. Incluso vamos aprendiendo que todo crecimiento humano, que cada paso dado en nuestras convicciones y valores, todo lo que en la vida produce más vida, ha estado señalado por la muerte. Vamos aprendiendo, de las pequeñas muertes diarias, a amarnos y a amar la vida sin subterfugios ni paños calientes, sino con sus innumerables limitaciones. Estas muertes cotidianas nos van enseñando a ser más honrados con la realidad… y tantas veces una realidad demasiado cruda. Y, curiosamente, es aquí donde el Dios de Jesús se nos presenta más transparente. Nos guste o no, la dinámica pascual de la muerte-resurrección está incrustada en este mundo, y de ella podemos aprender a vivir más divinamente, que, en realidad, es la manera más humana de vivir. Víctor Frankl, uno de los más conocidos psicotera­peutas del pasado siglo XX, llega incluso a decir que todo aquello que amamos nos lo pueden arrebatar; lo que no nos pueden quitar es nuestro poder elegir qué actitud asumimos ante esos acontecimientos.

¡Cuántas enfermedades y muertes a largo de nuestro paso por esta vida que nos ayudan a mantenernos vigilantes para relativizar lo que no es importante; que nos van desasiendo de cargas inútiles que nos conducen a sufrimientos estériles; que nos van haciendo vulnerables y dejándonos desnudos para estar abiertos a la sabiduría de la vida! Muertes, pequeñas o grandes, que nos van mostrando que la muerte física es también nuestra hermana, para que el día señalado podamos darle la bienvenida. La muerte, las muertes cotidianas, siguen siendo un tabú, las tenemos miedo, es algo que no entendemos y ante lo que nos resistimos con todas nuestras fuerzas. Pero en este día, en que la liturgia nos presenta una muerte ignominiosa, se nos anuncia, paradójicamente, una buena noticia: la gracia está en el fondo de la pena y la salud naciendo de la herida.

A modo de oración, podíamos terminar dirigiéndonos al Dios de la Vida, al Padre de Jesús, con este poema de Rabindranath Tagore: No me dejes pedir protección ante los peligros, sino valor para afrontarlos. No me dejes suplicar que se calme mi dolor, sino que tenga ánimo para dominarlo. No me dejes buscar aliados en el campo de batalla de la vida, como no sea mi propia fuerza. No me dejes anhelar la salvación, lleno de miedo e inquietud, sino desear la paciencia necesaria para conquistar mi libertad. Concédeme no ser cobarde, experimentar tu misericordia no sólo en mi éxito; pero déjame sentir que tu mano me sostiene en mi fracaso.

10 comentarios en “La gracia está en el fondo de la pena

  1. Carlos Martín dijo:

    Después de la lectura me vienen a la mente tres referencias:
    1. Ser para la muerte ( Martin Heidegger)
    2. La vida y la muerte es el asunto esencial ( proverbio budista)
    3. La muerte como compañera ( recogido por Carlos Castaneda de los brujos yaquis del desierto de Sonora, México).
    Nota: El cuadro del Cristo crucificado del refectorio de la comunidad me acongoja, me impresiona..me toca en lo hondo.
    Gracias!

  2. pedro garciarias dijo:

    el cuadro es inspirado, pinta para Dios. Cuando murió Miro, EL PAIS publicó un dibujo de Máximo, Dios descansando entre nubes mientras Miró pinta para Él, frente a frente, Dios sonríe.

  3. Beatriz dijo:

    Gracias ! … – “ dinámica Pascual de la muerte-resurrección hasta la muerte final.” .. la muerte es un misterio … … por muy en Paz que lleguemos a la hora final, mucho mejor si nos encomendamos encarecidamente a la Virgen María, como le pedimos cada día: ….”ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte “.
    “ La Vida para el hombre. El Hombre para Cristo. Cristo para Dios “. (Teilhard de Chardin )

  4. gubi dijo:

    Precioso texto y tanta profundidad expresada en dicha frase: «la gracia está en el fondo de la pena y la salud naciendo de la herida»

    Es en la Cruz expresión de vulnerabilidad, pena, dolor, sufrimiento y muerte, donde se hace presente el Amor y donde acontece la misma Vida.

    Pasión, Muerte y Resurrección es expresividad de Vida y Amor.

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