La comprensión que transforma radicalmente

Laguna de Sobrado

Mateo convierte la proclamación de las Bienaventuranzas en ocho actitudes u opciones de vida que son fuente de dicha y de libertad.

A ojos de la cultura dominante –y del ego, que rige en ella-, parecen un sinsentido, porque chocan frontalmente con el modo de funcionar del yo, que persigue objetivos radicalmente opuestos.

Lo primero que destaca, por tanto, en esta proclamación es el carácter paradójico de la felicidad que anuncian. Aquí se ve como dicha lo que para el yo es desgracia. ¿Dónde está la clave?

Digamos de entrada que la lectura adecuada no es la dolorista, que ensalza el dolor como algo bueno en sí mismo, o absolutiza el sacrificio y la renuncia.

Es un mensaje de sabiduría, que se enmarca en aquel principio básico de Jesús, según el cual el interés por salvar el yo equivale, en realidad, a perder la vida.

El ser humano no puede negar su sed de felicidad y de plenitud. Pero el error consiste en que, al creer que somos el yo particular, las buscamos como si fueran “objetos” y nos las apropiamos. Y, paradójicamente, es la apropiación la que nos esclaviza, introduciéndonos en una noria hedonista, que empieza y termina en la frustración.

A partir de la sensación de carencia inicial, buscamos apropiarnos de algo que creemos que nos hará felices…, y desembocamos en la frustración. Porque el ego es incapaz de felicidad y de plenitud. Vivir para él significa hundirse cada vez más en el vacío.

La felicidad y la plenitud no es “algo” y, sin embargo, es lo que somos. El ego no puede pretender ser feliz –en su reino, todo es impermanente e incluso ficticio, como él mismo-; pero, en cuanto se quita de en medio, emerge la plenitud que somos.

¿Y qué vive la persona, cuando “ha quitado” a su ego de en medio? Esas son las actitudes que Mateo nombra en sus Bienaventuranzas.

Si se entiende bien, habría que decir que no es feliz la persona porque viva esas actitudes, sino más bien que las vive porque es feliz, es decir, porque ha descubierto su verdad más profunda.

Quien se halla conectado a su verdad, elige ser pobre, es capaz de asumir el dolor y el llanto, busca la justicia, vive la compasión, tiene un corazón limpio, trabaja por la paz y, aun sin buscarlo, de un modo u otro será “perseguido”.

Mateo, por tanto, nos ofrece un “modo de vivir” que apreciamos en las personas sabias, aquellas que han descubierto que la plenitud y la felicidad no es “algo” a poseer, sino nuestra verdadera naturaleza. Esta es la comprensión que modifica toda la existencia.

                                              Enrique Martínez Lozano

4 comentarios en “La comprensión que transforma radicalmente

  1. Beatriz dijo:

    Precioso texto!!! Que al Señor nos dé la Gracia de Ser como El nos ha enseñado con las Bienaventuranzas!!!
    Gracias!!!!!
    En unión de oraciones 🙏🏽

  2. Roberto dijo:

    Esto es super profundo, me cala hasta los huesos. Creo entender en mi profunda ignorancia, una proyección del yo en el contexto que nos rodea. Yo, tú, nosotros, todos, todo…la suma de las partes. El alma, la pluralidad, la tolerancia, … la unidad, el colectivo.. El ego es una minucia en comparación con el total; Dios. Que me perdone San Mateo si me equivoco. Gracias.

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